Entradas populares

jueves, 22 de diciembre de 2011

BLADE RUNNER O EL MITO DE LAS EDADES

Al principio los Inmortales que habitan mansiones olímpicas crearon una dorada estirpe de hombres mortales. Existieron aquellos en tiempos de Cronos, cuando reinaba en el cielo; vivían como dioses, con el corazón libre de preocupaciones, sin fatiga ni miseria; y no se cernía sobre ellos la vejez despreciable, sino que, siempre con igual vitalidad en piernas y brazos, se recreaban en fiestas ajenos a todo tipo de males. Morían como sumidos en un sueño; poseían toda clase de alegrías, y el campo fértil  producía esponténeamente abundantes y excelentes frutos. Hesíodo, Trabajos y días, 108-119.

martes, 20 de diciembre de 2011

AQUILES, EL DE LOS PIES LIGEROS

Y en respuesta le dijo Aquiles, el de los pies ligeros:
"¡Ayante Telamonio descendiente de Zeus, jefe de huestes!
Todo me parece que lo has dicho conforme a lo que sientes.
Pero mi ánimo se hincha de ira cuando de aquello
me acuerdo, de qué infame modo me trató entre los argivos
el Atrida, igual que lo habría hecho con un vil exiliado.
Vosotros id, pues, y manifestad mi mensaje:
no me ocuparé del sangriento combate
hasta que el hijo del belicoso Príamo, el divino Héctor,
llegue a las tiendas y a las naves de los mirmídones
matando argivos y envuelva las naves de humo y de fuego.
Cerca de mi tienda y de mi negra nave, Héctor,
por furioso que esté, creo que renunciará a la lucha."
Homero, Ilíada, IX, 644 a 655

domingo, 18 de diciembre de 2011

SOLTAD AL KRAKEN


Perseo, llegado a Etiopía, donde reinaba Cefeo, encontró a la hija de éste, Andrómeda, expuesta como presa para un monstruo marino. Pues Casiopea, la esposa de Cefeo, había competido en belleza con las Nereidas y se había jactado de ser mejor que todas; por ello éstas se encolerizaron y Posidón, compartiendo su ira, afligió al país con un monstruo y una inundación. Apolodoro, Biblioteca, II, 4, 3.

viernes, 16 de diciembre de 2011

¡ESTO ES ESPARTA!: MENSAJERO PERSA ARROJADO AL ABISMO

Pues bien, Jerjes permaneció varios días en Pieria <...>. Y entretanto, regresaron los heraldos que el monarca había enviado a Grecia para exigir la tierra, unos con las manos vacías y otros con la tierra y el agua. <...> Y por cierto que Jerjes no despachó heraldos a Atenas y Esparta para exigir la tierra por la siguiente razón: años atrás, cuando Darío envió a sus heraldos con idéntica misión, los atenienses arrojaron a quienes les formularon dicha exigencia al báratro, y los espartanos a un pozo, instándoles a que sacasen de allí la tierra y el agua y se la llevaran al rey. Heródoto, Historia, VII, 131-133.

AQUILES, EL DIVINO

"Insensato! No me hables de rescate ni me lo menciones<...>
<...> vas a morir. ¿Por qué te lamentas así?
También Patroclo ha muerto y eso que era mucho mejor que tú.
¿No ves cómo soy yo también de bello y de alto?
Soy de padre noble, y la madre que me alumbró es una diosa.
Mas también sobre mí penden la muerte y el imperioso destino,
y llegará la aurora, el crepúsculo o el mediodía
en que alguien me arrebate la vida en la marcial pelea,
acertando con una lanza o una flecha, que surge de la cuerda."
Homero, Ilíada, XXI, 99 a 103

LA CÓLERA DEL PELIDA AQUILES

¿Quién de los dioses lanzó a ambos a entablar disputa?
El hijo de Leto y de Zeus. Pues, irritado contra el rey,
una maligna peste suscitó en el ejército, y perecían las huestes
porque al sacerdote Crises había deshonrado el Atrida.
Homero, Ilíada, I, 8-11.

LA CÓLERA DE AQUILES

La cólera canta, oh diosa, del Pelida Aquiles,
maldita, que causó a los aqueos incontables dolores,
precipitó al Hades muchas valientes almas
de héroes y a ellos mismos los hizo presa para los perros
y para todas las aves -y así se cumplía la voluntad de Zeus-,
desde que se separaron tras haber reñido
el Atrida, soberano de hombres, y Aquiles de la casta de Zeus.
Homero, Ilíada, I, 1 a 7.